Ser tu propia jefa
Estoy terminando de preparar mi próximo artículo para Cosmopolitan. Colaboro con Cosmo escribiendo sobre emprendimiento desde hace casi un año. Me encanta hacerlo, es una manera fantástica de acercar el mensaje a mujeres que jamás me leerían o me escucharían hablar sobre startups de alto impacto en los foros habituales en los que me muevo. Además es un ejercicio de síntesis y aterrizaje de conocimiento y conceptos que muchos estamos habituadas y hartos de escuchar, pero que no son tan familiares para el 99% de la población. Todo eso es gimnasia de la buena para mi cerebro
Mi próximo artículo se centra en «Cómo ser tu propia jefa». Y creo que es uno de los textos que en su preparación más me ha hecho reflexionar sobre lo que significa la vida que elegí hace casi diez años cuando decidí poner en marcha por primera vez un negocio. Ser tu propia jefa implica de entrada y como factor higiénico básico tener independencia económica. Y tener independencia económica desde mi punto de vista no es otra cosa que contar con más de un pagador. Así de simple. Pon un buen puñado de pagadores en tu vida y entonces podrás de verdad disfrutar de total libertad en tu toma de decisiones, en los caminos que elijes, en la gente con la que decides trabajar, en los sueños que persigues. Vende tu alma emprendedora a un único pagador, cliente o (pon aquí lo que desees) y estarás decidiendo pisar por una senda sobre la que no tienes el mínimo control. Es difícil explicar lo que significa vivir la vida con múltiples fuentes de ingresos, o la libertad que le proporciona a tu negocio un abanico enorme de clientes…hay que experimentarlo. Te animo a hacerlo y te cuento cómo en el número de Cosmopolitan de marzo. ¡Vamos!