Cambiar el registro para imaginar (y re-imaginar) futuros. Las feministas en la España de 2050
Este post lo escribo desde el impulso. Tras haber dedicado mi tarde, enterita, al encuentro «Changing the Register: Reimagining Enterprise» del Institute for the Future, una institución con medio siglo de historia a sus espaldas especializada en estudio de futuros. Vamos, que ni está reflexionado, ni estructurado, ni procesado mínimamente. Cuando han terminado las tres horas de escucha activa, como siempre que participo en alguna de sus actividades, o consumo alguno de sus contenidos, la mente (y el alma) se me disparan. Son lo más. Bueno, a lo que voy que pierdo el hilo: durante el transcurso del encuentro han compartido una herramienta basada en GPT-3 (por supuestísimo, cómo no en estos días de burbuja inteliartificialera) para que jugásemos un rato con ella. A partir de un prompt basado en Managed by the Markets: How Finance Re-Shaped America” del profesor Gerald David, en la herramienta (que nos han pedido no compartir perfavore) tenías la posibilidad de indicar un perfil de persona y un país y a partir de eso, obtener la descripción de un escenario futuro. En estas previas del 8M en las que andamos, ha sido muy muy tentador introducir «feminista» y «España» en la cosa. Cuando ha terminado de procesarlo y me ha devuelto el texto, lo primero que he pensado ha sido: «esto lo tienen que leer mis amiguis». Lo segundo: «como les casque este pedazo de texto en nuestro grupo en Telegram, me expulsan forever y con razón». Así que este post es básicamente para mis «ameigas».
La visión feminista del año 2050
«Es el año 2050 y el mundo es un lugar diferente al que era en 2022. El cambio climático ha cobrado su precio y la población mundial está luchando por adaptarse a sus efectos. En España, los impactos del cambio climático han sido particularmente severos; las inundaciones, sequías y olas de calor han alterado drásticamente el paisaje. Los sistemas económicos que anteriormente se basaban en los mercados financieros han sido reemplazados por sistemas alternativos que se centran en la sostenibilidad y la resiliencia.
Para las feministas en España, este cambio ha tenido un impacto significativo en sus vidas. En la era post-postindustrial, las mujeres ya no están limitadas por los roles o expectativas de género tradicionales. A medida que los mercados financieros han perdido importancia para la supervivencia económica, las mujeres son libres de perseguir cualquier actividad que elijan sin temor a la discriminación o a oportunidades limitadas debido al género.
Para adaptarse a un mundo cambiante, las comunidades de toda España han adoptado la tecnología como una herramienta para crear sociedades más resistentes. Las redes inteligentes proporcionan electricidad sin generar emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que las redes basadas en blockchain permiten a las comunidades cooperar de manera más efectiva y eficiente en la gestión de recursos como la producción y distribución de alimentos.
Las nuevas tecnologías también ofrecen herramientas para crear alternativas a los modelos de finanzas tradicionales que se basaban en la especulación y la gestión de riesgos. En lugar de comprar acciones o bonos, las personas ahora pueden invertir su dinero en proyectos de energía renovable o negocios locales que brindan servicios esenciales como atención médica o educación. Esto no solo les da a las personas más control sobre sus finanzas, sino que también crea nuevas formas de ayuda mutua dentro de las comunidades que las ayudan a protegerse de los impactos de eventos como desastres ambientales o crisis económicas.
Además, las personas están empezando a darse cuenta de la importancia de las formas de capital no financieras también; las conexiones sociales entre individuos a menudo se utilizan como garantía al solicitar préstamos o realizar inversiones porque sirven como una garantía de que los préstamos serán reembolsados por miembros de una comunidad que confían y trabajan juntos hacia objetivos compartidos. Esto ha ayudado a fomentar vínculos más estrechos entre las personas que viven en diferentes áreas, proporcionando redes de apoyo durante momentos de crisis como las causadas por eventos relacionados con el cambio climático como inundaciones o sequías que de otra manera dejarían a las personas varadas sin acceso a los recursos que necesitan para sobrevivir.
Sin embargo, aún quedan muchos desafíos que deben abordarse antes de que se pueda lograr una verdadera adaptación sostenible en la sociedad post-postindustrial de España; cuestiones como el acceso a la educación y la atención médica siguen siendo desiguales entre las diferentes regiones del país debido en gran parte a las persistentes desigualdades estructurales que afectan de manera desproporcionada a ciertos grupos, incluidas mujeres y minorías que todavía enfrentan barreras al intentar participar.»