Esta semana me he acordado mucho de vosotras

De cuando me contáis que no os da la vida. Impostura en unas, purita realidad en la mayoría. Esta semana he vuelto a vivir en la prisa, y fuera de mi espacio-tiempo demasiado rato. Llevo de bombera días y días, apagando fueguitos, fuegazos y fuegones. En bucle. Por primera vez en mucho tiempo pensé que el miércoles era viernes. Resulta que a la altura del martes ya había superado con creces la intensidad de las horas que me permito para toda la semana.

Así no se puede vivir, chicas. No mola. No es sano. Es una auténtica mierda. Ya estuve ahí y me niego a volver a ese “disconfort”. Esta semana no he hecho ejercicio, he comido rápido, igual de rápido he conversado con la gente a la que quiero y he echado (mucho) de menos a Alma, mi hija. Apenas he compartido tiempo de calidad con ella. He aplazado cosas importantes por las urgentes y aún así tengo la sensación de que no he avanzado nada de nada. En definitiva, me he dejado arrastrar, no me he cuidado y he puesto todo lo demás por delante mía todo el tiempo, error.

A pesar de todo, creo que he sobrevivido mejor que hace unos años, porque aunque despacio (lógicamente), «lo slow” se va haciendo un hueco en mi existencia y algo de huella va dejando. Si no, ¿de qué iba a estar hoy escribiendo en medio de la locura, parando y haciendo un hueco en medio de lo imposible?

Ha habido otras cosas que me han sido útiles para mantener la perspectiva y ser consciente de que esto un ratito vale, pero ya. Te cuento aquí algunas, por si pueden ayudarte a ti también:

  • Los mensajes mañaneros de ShineText. Para mí que me espían por la cámara de mi teléfono, porque no han podido ser más oportunos.
  • Releer mis pasajes favoritos de “De la tranquilidad del ánimo” de Séneca. El estoico menos estoico siempre es una apuesta segura.
  • Un vino en calma. Llegar a casa al final de un día “mierder”, parar, aparcar todo hasta el día siguiente y disfrutar de una copa vino en compañía es sanador. Qué-vi-va-el-vi-no.
  • Conocer como mis amigas en Miami y resto de Florida y en Puerto Rico están lidiando con las consecuencias de Irma. Eso sí que es un tormentón y no mis fuegos. A veces se nos va la cosa de las manos y añadimos mucho drama a situaciones en las que es mejor manejarse desde la calma, desde lo colectivo pidiendo ayuda y mirando hacia delante. Esto es lo que me han enseñado ellas esta semana.

La semana que viene os cuento en Ellas Paran cómo he conseguido salir de esta espiral frenética. O de como sigo atrapada, porque a veces hay que autoconcederse el derecho a cagarla un rato. Sin miedo. Sin culpa. Sin vergüenza. Pero con una fecha tope, eso sí.

Si eres emprendedora o estás pensando en emprender, apúntate a Ellas Paran desde aquí. Y si no estás en Madrid ese día, estaremos retransmitiendo el encuentro en el grupo de la Comunidad de Ellas Al Cuadrado. Súmate a la conversación desde aquí.

Deja una respuesta