¡Mujer, despierta!
<<¡Mujer, despierta!; el arrebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ¡Oh, mujeres!, ¡mujeres!, ¿cuándo dejaréis de estar ciegas?, ¿qué ventajas habéis obtenido de la revolución?: un desprecio más marcado, un desdén más visible. […] Cualesquiera sean los obstáculos que os opongan, podéis superarlos; os basta con desearlo.>>8 de marzo. Pensé en escribir un post de agradecimiento a todas esas mujeres que trabajaron y siguen trabajando para que podamos vivir tan despiertas como nosotras mismas elijamos. Entonces decidí que sería interminable. Así que me limité a rescatar el Epílogo de la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana que Olympe de Gouges redactó en 1791. Hoy, más de doscientos años después, sigue teniendo una triste vigencia en la mayor parte del mundo. Y a mí, 15 años después de descubrirlo indagando en la enciclopedia por tomos con la que muchos crecimos antes de imaginarnos lo que podríamos curiosear en el futuro «a golpe de ratón», este fragmento en concreto me sigue emocionando, me sigue empoderando y me permite mirar hacia el futuro con optimismo.