Creamos realidades
El pasado viernes tuve la suerte de despedir la semana de la mano de mis queridas LiderAs. Si al hecho de compartir un almuerzo con mujeres definitivamente excepcionales, le sigue una sesión de «Coaching cuántico», es bastante probable que la «recarga de batería» te acompañe durante unos cuantos días.
Y antes de meterme en análisis cuánticos, creación de realidades y partículas subatómicas, me gustaría reiterarme en la importancia que tiene el hecho de tejer redes en la vida de una emprendedora: compartir momentos con mujeres con tus mismas inquietudes no sólo te nutre intelectual y emocionalmente, sino que te empuja a actuar y te hace sentir más segura.
Hecho este paréntesis, vamos a lo que vamos: conclusiones aplicables a la gestión de tu propio proyecto profesional desde la visión cuántica de la realidad. La física cuántica, también conocida como mecánica ondulatoria, es la rama de la física que estudia la materia cuando las dimensiones de ésta son tan pequeñas que empiezan a notarse efectos como la imposibilidad de conocer exactamente la posición de una partícula, o su energía, o conocer simultáneamente su posición y velocidad sin afectar a la propia partícula. Óscar Durán Yates aplica estos principios a la «macro-realidad», desarrollando una nueva manera de ver, escuchar y preguntarnos el mundo que nos rodea.
Si nuestros sentidos sólo son capaces de devolvernos un entorno que se encuentra enmarcado dentro de unas determinadas longitudes de onda perceptibles para ellos (ondas formadas por partículas subatómicas), ¿significa que todo es relativo? ¿Estamos limitados por los órganos que nos mantienen en contacto con la realidad sensorial? Pues parece que sí, es más, en esa «relatividad» tiene mucho que decir el observador que somos cada uno y cada una, ya que nosotros como materia/masa influimos directamente en la energía (a E=MC² me remito), vamos, que intervenimos en la creación de las realidades que acompañan a nuestra existencia.
No voy a detenerme exhaustivamente en la descripción de estos revolucionaros conceptos, os recomiendo la lectura o el visionado de ¿Y tú que sabes? si queréis profundizar en el asunto. Para mí, tengo que reconocer, supuso un cambio paradigmático en mi manera de ver el mundo. Voy a limitarme a dejar aquí unas cuantas conclusiones que espero sean completadas por alguna de mis compañeras «lideresas» 🙂
- Vive cada día desde una posición de alegría: asumiendo este papel de observadora no vas a conseguir que la realidad física cambie, o los problemas dejen de llegar, pero es cierto que evitarás el sufrimiento (aunque el dolor esté ahí).
- La física cuántica nos habla de la indivisibilidad de la materia: lo positivo va unido a lo negativo y viceversa. El universo se rige por este orden y nuestra cotidianeidad también: los problemas se terminan para dejar paso a la fortuna y ésta se evapora cuando el dolor vuelve a aparecer, en un ciclo continuo…, no merece la pena resistirse o vivir en la negación, la única solución es aferrarse al aprendizaje que dejarán tras de sí las malas experiencias (al final de todo les debemos muchas cosas).
- Einstein sostenía que los problemas no pueden resolverse en el mismo plano de realidad en el que se crearon, así que, cuando te veas en esta tesitura, para, sal de la realidad en la estás sumergida y trata de adoptar otro punto de vista: tu mundo cambiará casi al instante.
Qué buen resumen Patricia! siendo yo de otra edición de emprendedoras, no os conocía y fue un placer encontrarme a otras lideresas. De la confernecia me quedo también con la idea de parar y pensar que aquello con lo que sufres y que se repite en tu vida: un trabajo que no te guste, una pareja parecida a la anterior con la que sufres, etc. puede que no sea externo, o la mala suerte, o que no haya para ti otras cosas… «quizá» somos nosotros mismos los que lo buscamos… entrecomillo el quizás porque lo creo al 100%: lo buscamos y es reflejo de cómo nos relacionamos con nosotros mismos!
Me encanta cómo escribes! Abrazos