Emprender y respetar tus ritmos
Decidí parar radicalmente esta Semana Santa. Desconectar como hacía mucho durante 10 días seguidos. Limitarme a escribir tres mails indispensables sin detenerme a leer los que se acumulaban en la bandeja de entrada, una ineludible conference call de 15 minutos y mientras tanto, cerrar Facebook, silenciar Twitter en la esquina inferior derecha de mi navegador y desconectar la conexión 3G de mi teléfono.
¿El resultado? El mundo sigue ahí más o menos igual, mi mente está más despejada y he experimentado una pequeña y placentera regresión a lo tangible.
La mayor enseñanza de esta parada tiene que ver con la vida que elegí hace seis años al decidir tomar las riendas de mi propio proyecto empresarial. Creo firmemente en los ciclos personales/profesionales/ existenciales y defiendo la necesidad de respetarlos al máximo. No se me ocurre cómo podría hacerlo desde una posición distinta a la que ocupo en estos momentos. No sabría abordarlo sin ser «mi propia jefa». La incertidumbre, el miedo, la ansiedad y todas esas emociones que se desencadenan con frecuencia siendo emprendedora, encuentran su contrapartida en la posibilidad de manejar el timón al ritmo de tus necesidades. Todo, absolutamente todo, merece la pena sólo por esto. Si lideras tus propios proyectos seguro que ya lo sabes. Si no, te animo a probar lo que desde mi punto de vista es la auténtica libertad.