Así convertí Ellas BizLab en un producto listo para venderse online

RECORDATORIO: la próxima edición de Ellas BizLab comienza en enero. Aún estás a tiempo de participar en esta «tranquilizadora de startups» desde donde exploramos el emprendimiento desde el paradigma de la #SlowStartup.

¿Alguna vez has dejado que tu perfeccionismo o tu afán por tener todo terminado hasta el último detalle te impida avanzar con tus proyectos?

¿Te redescubres cada cierto tiempo a ti misma en ese bucle interminable del «no estoy preparada todavía, no me da la vida, mi producto no está listo aún, no tengo tiempo, tan pronto como termine [pon aquí cualquiera de las mil excusas que seguro puedes encontrar], me pongo con este proyecto, o hago este cambio en mi vida»?

Yo estuve ahí. Conozco perfectamente lo que significa vivir día tras día en el autosabotaje resultado de ese síndrome de la impostora al que con muchísima frecuencia le dejamos ir más allá de los límites de la humildad y la modestia tras los que deberíamos mantenerlo controlado. Y también sé lo que es que la vida te arrastre con sus inercias. Y terminar mutando a Bill Murray. Y protagonizando tu propio Día de la Marmota una y otra vez. Una y otra vez.

La buena noticia es que se puede salir de ahí. La súper buena es que no dependes de nadie para poder hacerlo: sólo de ti misma. Y la mega buena es que no es algo que haya que abordar de un día para otro y sola, puedes hacerlo tranquilamente y acompañada.

La clave está en cambiar algunos hábitos que te ayuden a interiorizar que lo único que importa cuando quieres sacar un proyecto adelante es hacer cosas. Bien o mal, completas o incompletas, perfectas, no perfectas o imperfectas. Pero hacer. O en ocasiones, dejar de hacer. Dejar de hacer es una variante tan válida o más del hacer y que no debe confundirse con el «no hacer».

Haciendo cosas y dejando de hacer cosas fue como convertí Ellas BizLab en un producto listo para venderse online y al que a día de hoy le dedico unas 6 horas a la semana, el equivalente a una y media de mis jornadas de trabajo diarias. Ellas BizLab es una de los pilares que sostienen mi «slow life».

En su primera edición, que arrancamos en octubre de 2016, Ellas BizLab fue financiado por el Departamento de Estado de los EEUU a través de su Embajada en España con una beca de Alumni que conseguí por hacer cosas y dejar de hacerlas. En las 12 semanas que duró aquella primera edición, en un ejercicio loquísimo de meta-emprendimiento, decidí usar la misma metodología que estábamos utilizando con las emprendedoras participantes y «empaqueté» una versión del programa que pudiera sostenerse con las contribuciones económicas de las personas que quisieran seguir formando parte de esta iniciativa en sus futuras ediciones. 

¿Qué cosas hice?

  • Decidí una fecha de lanzamiento y la hice pública. Cuando das este paso, te obligas a confrontar con la realidad. Tienes un objetivo en el tiempo, se lo has contando a un montón de personas. Con esto en mente, es más difícil procastinar y echarse atrás.
  • Hice una «landing page» cutre (y con texto en constante revisión) de la segunda edición. Aquello también me dio mucha sensación de realidad. Ya no estaba hablando de un futurible, sino de un algo real que hasta tenía su página web.
  • Elaboré un «plan de rebobinado». El plan de rebobinado es una de las herramientas que utilizamos en Ellas BizLab. Se parece mucho a la planificación de esos viajes por carretera que hacíamos cuando no había GPS. Aquellos en los que tomabas la Guía Campsa, fijabas tu destino como auténtico punto de partida y a partir de ahí, planificabas hacia atrás todas las etapas.
  • Simplifiqué al máximo la nueva versión del programa, lo hice más pequeño, eliminé lo que era prescindible y mantuve lo que creí que era absolutamente necesario para que siguiera teniendo sentido.
  • Viví todo el proceso como un experimento, con el convencimiento absoluto de que el objetivo de todo aquello no era lanzar un producto, sino más bien seguir aprendiendo. Con esa aproximación al asunto, liberé muchas ansiedades. No había mucho que perder.

¿Qué cosas dejé de hacer?

  • Dejé de colaborar con Yuzz. Calculé que si la segunda edición de Ellas BizLab salía adelante, en 12 semanas iba a ganar más dinero que formando parte de esa iniciativa. Y si no salía bien, en realidad el coste de oportunidad no iba a ser tan grande en términos de facturación. ¿Me entristeció desvincularme de un proyecto con el que llevaba colaborando casi desde sus orígenes allá por 2011? Claro, pero liberé muchas horas con esta decisión.Y mereció la pena.
  • Dejé de ver series durante el tiempo que duró el programa. Adoro las series, soy una yonki de Netflix, pero esta afición me bloquea muchas horas de mi vida. Decidí liberarlas durante ese tiempo. Y sobreviví. Y después volví a mi adicción. Porque nada es para siempre. Ahora estoy enganchadísima a Grace and Frankie, porque de vieja quiero ser como ellas. Un rato como Grace y otro rato como Frankie. Ya paro, que me lío. Y te sigo contando qué dejé de hacer.
  • Dejé de hacer consultorías online y las derivé todas al formato de entrevistas de admisión en Ellas BizLab. Si iba a dedicar tiempo a hacer aquello, quería poner el foco en potenciales interesadas en el modelo de emprendimiento tranquilo y no depredador que promovemos desde Ellas Al Cuadrado.

Hoy, a poco menos de un mes de dar comienzo la cuarta edición de esta «tranquilizadora de startups», comparo aquella primera edición con la próxima y me doy cuenta de cuánto ha mejorado y de cuántas cosas le faltaban a esa versión inicial. Al mismo tiempo, me felicito a mí misma por haber dado el paso y haberla puesto en marcha aún a sabiendas que de no era todo lo buena que me hubiese gustado. Si hubiese esperado a tener la «version perfecta de mi producto», hoy Ellas BizLab no existiría y casi 100 emprendedoras no habrían vivido procesos transformadores a nivel personal y profesional tras su paso por esta iniciativa.

Mi perfeccionismo y mi frenesí vital de otras épocas NUNCA, nunca, nunca me hubiesen permitido poner en marcha algo como Ellas BizLab, pero les gané la batalla.

¿Quieres conocer todos los detalles sobre cómo lo hice? ¿Qué pasos seguí? ¿Que herramientas me ayudaron a lograrlo? Entonces te animo a participar en la sesión online que llevaré a cabo el 11 de enero a las 11:00h. (horario de Madrid) en la que expondré paso a paso cómo convertí Ellas BizLab en un producto listo para venderse online gracias a… Ellas BizLab!!

Puedes inscribirte desde aquí. UTILIZA EL CÓDIGO «2018slow» PARA OBTENER UN 50% DE DESCUENTO

Y si no puedes participar el día 11, pero quieres seguir informada de iniciativas similares ésta, o tienes interés en que te haga llegar recursos para que puedas abordar un proceso similar por ti misma, deja tu email aquí y nos mantendremos en contacto.

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