Twitter podría haber sido tuyo. Y mío. El legado de aquella oportunidad perdida: Exit to Community
A finales de 2016 Twitter estaba en problemas. Su base de usuarios y sus ingresos publicitarios estaban creciendo, pero no tan rápido como esperaban sus accionistas e inversores. La salida a bolsa de la compañía se había producido tres años antes y los “tiburones” de Wall Street comenzaban a darse cuenta de que la presa no iba a resultar tan suculenta como habían planeado.
Por aquél entonces, lo que estaba en boca de la industria de inversión no era la AI, ni siquiera las criptomonedas. “The next big thing” era el big data. Así que todo parecía apuntar a que la única salvación para el pajarete azul vendría de una adquisición por parte de una compañía más grande. Gigantes como Disney, Salesforce, Microsoft o Alphabet salivaban a su alrededor cual buitres carroñeros. En ese contexto, un grupo de usuarios enamorados de la red social, ante la amenaza de que la plataforma dejara de ser para siempre lo que era, plantearon una alternativa que llegó a votarse en la junta de accionistas de la primavera del año siguiente.
La alternativa proponía poner Twitter en manos de sus usuarios, clientes, empleados, proveedores…, en definitiva, de su comunidad. Estaba liderada, entre otros, por el profesor de la Universidad de Colorado Nathan Schneider. El plan era comprar entre todos a la compañía californiana, sacarla de su condición de empresa pública (cotizando en bolsa) y construir un modelo de gobernanza democrático que asegurase que la herramienta ceñía sus objetivos exclusivamente al interés general. A esto, algunas lo llamamos resetear el emprendimiento desde lo común.
No es fracaso si trae consigo el comienzo de algo grande
La cosa no prosperó. Pero el intento es el origen de una herramienta llamada E2C (Exit to Community), a través de la que muchas empresas han encontrado una vía de financiación alternativa a la industria del capital riesgo y a las IPOs. En un contexto en el que el venture capital está en crisis y matando la innovación, hasta el mundo de la inversión podría beneficiarse de fórmulas más horizontales y democráticas, ya que representan en muchos casos la posibilidad de sacar de sus carteras a todas esas zombie startups que ni crecen, ni mueren, y con las que no saben muy bien qué hacer porque lo que desde luego no logran es retornar su inversión tan rápido y tan multiplicada como esperaban.
Hoy el debate se ha reabierto más que nunca, porque muchos usuarios de TikTok están planteando algo similar a lo que este grupo de visionarios impulsó en su día desde @BuyThisPlatform. Es una oportunidad fantástica para seguir explorando el llamado cooperativismo de plataforma y la adquisión por la comunidad, sin cometer los errores de aquel primer intento. El grupo de empresas y organizaciones que han transitado en estos últimos años el camino es cada vez más numeroso y las opciones más habituales de E2C (fideicomisos, federaciones y tokenizaciones) han experimentado un desarrollo considerable en los últimos años.
El futuro del emprendimiento está limitado únicamente por nuestra capacidad para imaginar y vehículos como el E2C nos abren caminos llenos de posibilidades en los que las personas- y no exclusivamente el dinero- se sitúen en el centro de todos los procesos.
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