Mujeres, empresa y tecnología

El pasado jueves fui invitada por Soledad Pons a una primera toma de contacto con la Comunidad MET, una iniciativa del Instituto de Empresa orientada a mujeres de alto potencial para impulsar su capacidad de liderazgo en la empresa a través de la formación, la comunicación y la reflexión académica, apoyándose para ello en la experiencia de mentores y en el uso de las tecnologías.

imagen000En este encuentro (Global Talent Management), Guillermo Miranda, Gerente General de RRHH y de Relaciones Externas del Banco Inter-Americano de desarrollo (BID) dibujó el nuevo escenario que muchos intuían hace un tiempo y que hoy va siendo cada vez más una realidad tangible: la disputa y gestión del talento basada en el contenido del trabajo a desarrollar. En su opinión, la competencia por talentos no va a estar enfocada en atraer a personas y retenerlas con planes de carrera, incentivos, etc., la disputa por los profesionales con mejores cualidades va a girar en torno a lo interesante que pueda ser para el profesional en cuestión el proyecto en el que vaya a participar. Esto me hace reflexionar e ir más allá, no sólo estoy completamente de acuerdo con Guillermo sino que me atrevo a especular que este contenido del trabajo deberá estar estrechamente ligado a la comprensión de su impacto en la sociedad o a causas que se eleven por encima de nosotras mismas.

Este nuevo panorama, que es más habitual en países no latinos, plantea a juicio de Miranda dos grandes retos:

  • El primero es hacia dentro de las organizaciones: necesitamos una cultura diferente que esté más relacionada con la interconexión y la flexibilidad en detrimento del aislamiento y la rigidez horaria, por poner sólo un par de ejemplos.
  • El otro es hacia fuera y tiene que ver con revisar las regulaciones estándar en materia de empleo. Según él, los países que sepan adaptar su legislación a esta nueva situación, serán capaces de atraer más talento (o de retener al autóctono, añado).

Tras la ponencia, se abrió un interesante debate (cuántas mujeres inteligentes dando su punto de vista, tengo que decir) del que tengo que resaltar una aportación que en mi opinión resume todo el encuentro: una de las participantes afirmó que «tiene que cambiar la mentalidad del reclutador pero también la del propio reclutado». No puedo estar más de acuerdo. Durante estos años en Atalaya Formación, me he encontrado con colaboradores que no han entendido nuestra manera de hacer las cosas porque arrastraban un histórico de otras organizaciones de las que provenían y que les condicionaba a la hora de intentar vivir su trabajo desde otro paradigma: uno más flexible, menos centralizado y en el que la responsabilidad individual del profesional en cuestión juega un papel fundamental.

No podemos dar la espalda a este cambio que más pronto que tarde será el telón de fondo en las organizaciones que quieran lograr el éxito (y que cada una entienda el éxito a su manera, yo lo relaciono fundamentalmente con la felicidad y la búsqueda de sentido). Algún día me detendré a hablar de la Generación Einstein, fantásticamente analizada por Jeroen Boschma. Una generación que configurará nuestro futuro y que viene entendiendo «lo profesional» en los términos planteados por Guillermo Miranda. Esto es lo que hay, al menos lo que seguro habrá, así que nos queda mucha reflexión por delante, mucho aprendizaje y, fundamentalmente, mucha capacidad para mantener la mente abierta. Estoy segura de que MET es uno de los espacios ideales para hacerlo 🙂

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